El Ejecutivo Surfista – El Arte del Camino Capitulo 2

Capítulo 2 – El Gato de Schrodinger

“A menudo encontramos nuestro destino

por los caminos que tomamos para evitarlo”

Jean de la Fontaine

Era Halloween, 31 de Octubre, la brisa regalaba vestigios del frente gélido del norte que avanzaba sobre el Caribe dándole a la noche de luna llena un toque misteriosamente helado. Se sentía la expectativa en el restaurant The Landings, centro de la cultura playera, que esa noche se preparaba para su fiesta anual de noche de brujas. No había otra cosa que pensar ni proyectar. Los vientos alisios del Mar Caribe estaban cargados de olores de isla, y  las personas parecían sonreír sin el más mínimo esfuerzo.

 The Landings era una vieja posada y casona de playa convertida en restaurant y club nocturno. Tenía un aire semejante al de Rick´s Café de la película Casablanca, mezclado con el bar de la guerra de las galaxias, pero en la playa, y con una banda de reggae versionando temas de Peter Tosh, Jack Johnson, Jimmy Buffet y Tego Calderón. El patio trasero iluminado por antorchas tiki, abría paso a la arena de la playa de Puntas. Jose Angel paseó por el local, ordenó una cerveza ceveza Corona fría, introdujo la rodaja de limón en la botella y estableció el primer contacto con la singular sociedad de Rincón.

Era fácil darse cuenta que el habitante local de Rincón tenía una identidad nada convencional. Surfistas, expatriados, forajidos, artistas, escritores y fotógrafos de ambos sexos y de todas las edades, vitalizados por el sol del trópico definían una raza aparte, algo que resonaba con el espíritu surfista de Jose Angel. Por un momento pensó que este lugar era perfecto, como siempre lo es cuando se encuentra un punto pivotal de destino. Jose Angel se dejó hipnotizar por el ambiente, y decidió explorar lo que le traería la noche.

Suspiró al observarse desde la perspectiva del hombre de negocios en que se había convertido. Fue fácil pasar el swiche y regresar a modo surfista para dejarse llevar, pero cuestionaba esta transición, todavía existía mucha  dualidad entre el ejecutivo y el surfista, quizá este viaje lo acercaría definitivamente a unir los dos mundos. En sólo un año, pasó de ser esclavo de la empresa Communisinc a ser ahora, esclavo de sus propias decisiones. Ahora, lo importante era mantener creciendo el negocio para poder seguir manteniendo este estilo de vida.

Sin darse cuenta, bajó una escalinata, siguió por un salón llena de muebles antiguos y espejos de diferentes tamaños y se perdió en la gran casona. El salón de espejos lo llevó a un largo pasillo oscuro cuya única ventana dejaba entrar la luz de la luna llena proyectando sombras en la pared repleta de figuras de ángeles y santos.  Hileras de botellas y de vinos Bordeaux, Borgoña y Riojas de diferentes cosechas y años, esperaban por salir al mundo e interrumpir su eterno descanso en la oscuridad, para ser catalizadores de conversaciones profundas y enlaces románticos.

Pasó más allá del área que parecía una segunda cocina, y a través de una pesada puerta de madera llegó a un amplio patio con un enorme árbol en el centro, decorado con flores alrededor, y de allí, un elegante portón de paneles de vidrio de colores daba entrada a un gran salón, decorado con mesas de madera, sillas y taburetes de cuero y hierro forjado,  y un pequeño bar de estilo Art Noveau, atendido por una dama de cabello rojo. Los colores predominantes eran caoba y ocre. Pero lo más insólito del salón eran las paredes, repletas de libros y cuadros.  De arriba abajo, la biblioteca tenía una colección que reflejaban años de historia del arte, era la colección de libros del antiguo dueño de la vieja Posada.

Esta era la Galería de Arte de Rincón. Un lugar para que los artistas de esta parte de la isla exhibiesen sus obras, con la esperanza de ser adquiridos por coleccionistas de arte que viajaban desde diferentes partes del mundo para llevarse aquello con que decorar las paredes de sus lujosas villas y apartamentos.

Tomos de libros grandes,  pesados, llenos de imágenes ilustradas a página completa en papel pesado y brillante. Desde la antigua Grecia hasta los maestros del arte pop. Davinci, Michelangelo, Klimt, Van Gogh, Jasper Johns, Rothko, Dali, Picasso, todo lo que se podía haber publicado. Tal parecía que estaba ante un antiguo testimonio a la historia del arte. La galería seguía ampliando la colección con los libros que traían los turistas y los que dejaban a consignación los artistas famosos que ocasionalmente exponían sus obras en el elegante recinto. Este era el punto de exposición más importante de los nuevos artistas del pueblo. Aquí exhibían sus fotografías, grabados y pinturas.

Todo esto era extraño, el ambiente aquí era diferente a The Landings. Se escuchaba a Billie Holiday a un nivel de sonido insólitamente bajo pero preciso, perfectamente ecualizado, cantando el tema The Very Though of You.  La barman era una pelirroja sacada de un poster de Alberto Vargas, quemada por el sol, pero con un semblante de femme fatale de los años 40. Jose Angel pidió otra cerveza, la misteriosa cantinera le sirvió el brebaje en un vaso de medio litro de un viejo sifón de bronce. Jose Angel, gravitó hacia los libros y comenzó a revisar los estantes, pasó por los dos tomos de Obras Maestras del Renacimiento y se fue hacia los grandes libros con editoriales como Rizzolli, Taschen,  y Phaidon, maestros en publicaciones del genero de las artes plásticas.

A Jose Angel le encantaba revisar estos libros, tenía tiempo que no se compenetraba por el arte. Desde que se independizó, estaba dedicando más tiempo al negocio, surfear para mantenerse cuerdo y lidiar con la presión. El arte simplemente dejo de ser parte de su vida. En Caracas convirtió su estudio de arte en un moderno centro de telecomunicaciones para manejar sus clientes a distancia y poder diseñar presentaciones y material de apoyo para sus eventos y seminarios, en Miami, su nuevo hogar, ni siquiera existía ese espacio. Ahora estaba en un lugar mágico. El arte hablaba en cada página. Era el antídoto contra la sobredosis de adrenalina a la cual se había hecho adicto ese año.

En la mesa se exhibía un libro de portada blanca con una fotografía de un hombre mayor en estado de contemplación meditando en el desierto. El título del libro era Jumali, Expresionismo Cuántico. Jose Angel comenzó a contemplar las obras de este singular artista.

La pagina se detuvo en un pieza en particular; era un cuadro que a primera vista parecía solo una mancha de colores oscuros, casi negra, pero con vetas de purpura y dorado tratando de salir a la superficie del lienzo. Con elegantes letras mayúsculas en la parte superior de la pagina se titulaba la obra como SCHRODINGERS CAT

La imagen era difícil de comprender, al comienzo parecía ser una mancha,  pero si se observaba con detenimiento se podía definir la imagen de la cara de un animal. El felino de orejas puntiagudas parecía vivo pero consumido a la vez por una energía muy oscura. No se podía definir con seguridad si la impresión de la oscuridad era más fuerte que la faceta de iluminación de la imagen a través de  las pequeñas grietas de ocre, dorado y purpura que apenas se podían distinguir.

Schroedinergs Cat, leyó de nuevo, “El gato de Schrodinger!” dijo en voz alta sorprendido.  Recordó claramente una de tantas historias de Frank Skylar, El Ejecutivo Surfista, durante un viaje a Puerto Escondido en el estado de Oaxaca,  Mexico. Habían estado visitando varios clientes potenciales en Ciudad de Mexico  y ambos decidieron visitar la costa para planificar y surfear. Estas eran las sesiones de reflexión estratégica y coaching más estimulantes del mundo. Viajaban en primera clase. Definían estrategias de Oceano Azul y surfeaban hasta el anochecer. Eran los roqueros del mundo de la consultoría. Esa noche de Mayo, al relajar las tensiones del día en un bar en Puerto Escondodo, Skylar compartió la historia del gato de Schroedinger y su conexión con lo cuantico:

“Verás Jose Angel,” recordó. “En esta ola, dijo refiriéndose a la ola de la playa de Puerto Escondido, conocido como el Pipeline Mexicano, estás vivo y muerto al mismo tiempo. Es el Gato de Schrodinger.” Jose Angel lo miró con cuestionamiento.

“El Gato de quien?” contestó Jose Angel en tono de burla.

Skylar se le iluminó el rostro como siempre que estaba seguro de hacer una conexión a un nivel más profundo. “De Schrodinger, conejo! Erwin Schrodinger fue un científico de la física y la biología, que, por allá en los años 30,  diseñó un experimento para demostrar la estructura de variables en el resultado final de un evento no observable. Esto lo hizo para demostrar su teoría de la juxtaposicion:  A nivel atómico, un átomo puede estar en dos lugares al mismo tiempo.  Schrodinger quería probar que dos resultados se pueden producir de forma simultánea!”

Cuando Skylar le habló de este experimento, Jose Angel no podía evitar su gesto de escepticismo. Sonaba a algo de la filosofía nueva era,  pero Skylar supo llevar la explicación a la práctica.

El experimento consistía en introducir un gato dentro de una caja de plomo por una compuerta, cerrar la compuerta para que quedase completamente sellada y observar el resultado. Dentro de la caja existe un dispositivo que contiene material radioactivo en decaimiento.  En cualquier momento el material dispara un electrón. Si se dispara hacia un lado, pasa un swiche para emitir gas venenoso que mata instantáneamente al gato,  si dispara hacia el otro lado, pasa un swiche que abre un compartimiento con comida para el gato.

Al cerrar la compuerta de la caja, Schrodinger determinó que el gato está vivo y muerto al mismo tiempo. Esto se mantiene así hasta abrir la caja. El acto de observar el resultado final es el que permite determinarlo en la realidad, pero hasta ese punto, el gato estaba vivo y muerto a la vez. Sólo observamos un camino, que está aislado de la demás.

Skylar mantenía que hay siempre amplias variables afectando el resultado de cualquier situación, y que de acuerdo a la estructura y frecuencia vibratoria de una persona, tenía que existir una fuerza mayor, uniendo los puntos, conduciendo a esa persona a donde realmente deseaba. Los depredadores de las estructuras resonantes con certeza y amor, son las estructuras resonantes con miedo e incertidumbre. Este conocimiento lo aplicaba a cada reunión de ventas y negocio, a cada presentación. De alguna forma, Frank Skylar afectaba el resultado final de cualquier negocio. Ese era su secreto.

Jose Angel recordó como siguió la conversación con Skylar esa noche en Puerto Escondido.

“Entonces JA”, refiriéndose de nuevo a la ola, “una vez que te montas en esa ola, tienes apenas 2 segundos para remar, pararte y entubarte. Si tus pensamientos están enfocados a otra cosa, va a doler. La cresta de esta ola es pesada y ha partido numerosas tablas por la mitad. Entonces, inicialmente, estás vivo y muerto a la vez. Tu mente proyectará tu intención y responderá con una euforia y libertad divina o la aniquilación total. Es tu estructura mental la que define esa milésima de segundo antes de pararte en la tabla.”

“El gato de Schrodinger, no entendí absolutamente nada, pero siento que como siempre, en algún momento comprenderé!” respondió Jose Angel. “Salud por esa!”

Ese fue el último viaje junto a Frank Skylar, El Ejecutivo Surfista. Fue hacía ya 6 meses. A partir de allí José Ángel comenzó a volar solo. Conectó con nuevos clientes y desafíos hasta mantener una práctica profesional envidiable. Ahora era responsable de la asesoría en ventas de  uno de los clientes más importantes del sector tecnológico. Microtech.

Desde ese momento, no paró de tomar un avión, de dictar 5 días seguidos a la semana de conferencias, seminarios y talleres, en más de 8 países tocando las ciudades de Caracas, Bogota, Quito, Lima, Panamá City, San Jose de Costa Rica, Managua, San Salvador, Miami, Kingston, y ahora Puerto Rico. Surfeando cada vez que tenía la oportunidad.  Jose Angel lo poseyó el dragón de la proactividad y se dedico 100% a este monstruo de proyecto de vida.

Pero en ese viaje, esa noche en Puerto Escondido, pudo ver a un Frank Skylar diferente. Estaba mas zen que nunca.

Skylar recién había renunciado a su posición de COO, vendió sus acciones por alrededor de 40 millones de dólares y se fue a un viaje de “iluminación.” Habló en esa ocasión de ir hacia el oriente a buscar el “otro lado del desempeño optimo personal.”

Al despedirse le dijo a José Ángel:

“Estás agarrando la ola, bro, va a ser un gran viaje, tripéatelo, y recuerda, la rueda siempre gira, la vida siempre nos va a derribar, pero solo tú eliges cuando y como levantarte.” Le estrecho la mano con calidez y fuerza reforzándolo con el saludo hawaiano y se fue. Mas nunca supo de el, cero email, cero twitter, no contestaba llamadas. Ni siquiera su asistente ejecutiva sabía dónde estaba exactamente.

El Ejecutivo Surfista simplemente se había desvanecido.

La Galería de Arte de Rincón comenzó a agitarse con la llegada de personas disfrazados para el Halloween. Una chica de ojos azul pálido detrás de un enorme antifaz púrpura lo observaba mirando el libro de Jumali. La chica caminaba con gracia y soltura. Se acercó y sin quitarse el antifaz, le entrego un sobre blanco grande y le susurro en el oído.

 “Estas cada vez más cerca”.

“Más cerca de qué?” contestó Jose Angel sorprendido por la belleza interna de la chica, escondida detrás del misterioso antifaz.

“De conocer la respuestas que buscas en ese libro. Esto es solo el principio”, le dijo con una sonrisa seductora.

“Todo es un principio” respondió Jose Angel automáticamente respondiendo el gesto.

 Jose Angel quedó atrapado por la energía vital de la misteriosa chica. Los dos se quedaron inmóviles mirándose a los ojos. La chica de los ojos azul pálido interrumpió el silencio incómodo y recogió los libros de Jumali colocándolos en un morral negro y sin decir otra palabra desapareció por el pasillo de entrada. Jose Ángel la siguió por el patio pero se perdió en la multitud de la fiesta de Halloween de The Landings.  De regreso al restaurant la banda comenzaba a tocar el tema In your Eyes de Peter Gabriel en versión reaggae.

Este era Rincón, esta era la noche de brujas. Jose Angel se sento en la barra y abrió el enigmático sobre.  Sacó con cuidado la tarjeta de invitación y a la luz de una gran vela leyó:

Expresionismo Cuantico,

Una noche con el artista Jumali, Noviembre 1 y 2.

Galeria de Arte de Rincon. 7 p.m.

R.S.V.P.

En la playa, las fogatas iluminaban los cuerpos bailando al ritmo de reaggae. Allí en un frenesí de vueltas y saltos, estaba la chica de los ojos azul  pálido, bailando sola. Jose Angel pudo ver mas allá de lo físico. En ese momento vió a un ser espiritual compartiendo un cuerpo físico, celebrando la alegría de estar viva. Eso era experimentar el ahora, el momento en que todo es real. Las olas seguían mandando pulsaciones de energía, la luna llena iluminaba el mar. Había cruzado un umbral hacia un nuevo presente, nuevas posibilidades y otro nivel de entendimiento.  El gato de Schrodinger estaba vivo.

En ese momento comprendió el porqué Frank Skylar desapareció. Había borrado su identidad, había borrado cualquier elemento de certeza para compenetrarse con lo único que es real, con lo cual estaríamos conectados todos. Jose Angel regresó a la cabaña, guardo cuidadosamente la invitación, se coloco su traje wetsuit, agarró su tabla y en un trance llevado por la magia de la noche decidió ir a surfear bajo la luz de la luna.

Esta historia continuará en el capitulo 3: Marcus Jumali

Acerca de fernandocelis

LIFE COACH, Entrenador de Ventas Coroporativo, Conferencista Internacional en areas de Motivación, Iluminación y Liderazgo 2.0. No todo es trabajo, soy un amante del surf, el arte y el disfrute pleno de todo lo bueno que nos ofrece esta vida.
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